lunes, 6 de agosto de 2012

Un poema muy conocido de Lope de Vega

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Este poema del gran Lope de Vega venía en los libros de literatura de 1º de bachillerato; en los colegios se leía en alto, tantas veces, que nos la aprendíamos de memoria. A mí me conmovía comprobar lo malos que éramos todos. ¡Que infancia más santa!

Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno oscuras?

¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el ángel me decía:
«Alma, asómate ahora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía»!

¡Y cuántas, hermosura soberana,
«Mañana le abriremos», respondía,
para lo mismo responder mañana!

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