CREMATORIO, de Rafael
Chirbes.
Editorial Anagrama. 2007
Pequeña biografía de Rafael Chirbes
Este escritor nació en Tabernes de Valdigna (Valencia, 1949)
en donde residió durante su infancia. Desde los 8 años de edad estudia en
colegios de huérfanos de ferroviarios. Se trasladó a Madrid a los 16, para
seguir sus estudios e ingresar en la Facultad de Historias, en donde cursó
Historia Moderna y Contemporánea (p. 49). En Maruecos fue profesor de español y
vivió también en otros lugares como París o A Coruña. En el año 2000 regresó a
Valencia. Fue crítico literario y
publicó reseñas, relatos de viajes y artículos gastronómicos en la revista Sobremesa.
Su primera novela, Mimoun (1988), fue finalista del Premio
Herralde. La larga marcha (1996), galardonada en Alemania con el Premio
SWR-Bestenliste. Con esta novela inició una trilogía sobre la sociedad española
que abarca desde la posguerra hasta la transición, que se completa con La
caída de Madrid (2000) y Los viejos amigos (2003).
Con Crematorio (2007), recibió el premio Nacional de la Crítica y el V Premio Dulce Chacón. Posteriormente ha sido galardonado con el
Premio Cálamo “Libro del Año 2007”.
Ya está en las librerías su última novela, En la
orilla (2013), con la que continúa el retrato de la España en crisis. Esta
novela ha sido considerada como el mejor libro del año, según los periodistas y
críticos literarios del diario El País[].
Lenguaje:
Crematorio es una novela que no tiene una trama
definida y que se sustenta sólo en el lenguaje, en lo que dicen y piensan sus
personajes. Las primeras 20 páginas son pesadas, pero después empezamos a
comprender a esos personajes desubicados, que aunque defienden sus posiciones
no se encuentran contentos de sus propias vidas.
En la novela parecen muy pocos puntos y aparte, poco
diálogo; grandes bloques de texto (incluso las páginas parecen macizas), el ritmo
de la prosa es apabullante. Es de agradecer el uso de la ironía en algunos
personajes (p.31).
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Tiempo del relato: l
La obra comienza con Rubén conduciendo a las 10,05 de la
mañana de un día de agosto en Valencia; su hermano murió y él va a velarlo.
Termina la obra a las pocas horas, ya que el hermano continúa en el tanatorio. Lo
que ocurre es que los monólogos interiores de los personajes nos retrotaen al
pasado.
La “comisión de Calor” que se crea en la ciudad debido a las
altas temperaturas es un simbolismo de la carga de angustia, rencores y
malestar de los personajes de la novela en vida de Matías y ahora que está
muerto.
Temática:
El libro trata sobre múltiples temas: destacamos los que nos
parecieron más importantes.
-Gobernantes corruptos (p.366. y 371)
-La corrupción urbanística, (p. 23)
-El mundo proletario, (p.30)
-El miedo (p.74).
-La cultura como un valor de la gente pudiente (p. 110).
-El dinero (p.118).
-La vejez (p.203).
Personajes:
Cada uno de los personajes de la obra es el mismo Chirbes,
pues el escritor no tiene un plan para hacer la novela y va escribiendo lo que
se le va ocurriendo, por eso estos personajes presentan los diferentes matices
del escritor.
La madre casi
centenaria; es fría, egoísta y déspota. Quiere sólo a Matías, que con
zalamerías se aprovecha de su patrimonio.
El padre parece en
un primer momento un hombre feliz, inconsciente, narcisista y despreocupado.
Quería a sus hijos, pero de una forma más intelectual que fraternal; al final
nos damos cuenta de que es también un hombre abrumado por su vida, que
desconocemos en parte, pero es el marido de una mujer que no lo quiere.
Matías, el muerto
(¿de cirrosis?), admirado por su sobrina Silvia. Hermético y altivo, como su
madre. Muy implicado en el Partido comunista; un egoísta que no se preocupaba
por nadie. Se desentendió de su madre y en los últimos años se dedicaba a la
agricultura como pose final que representa el pacifismo, del que siempre hizo
gala. Se llevaba mal con su hermano Rubén, a quien censuraba que se dedicara a
ganar dinero, cuando es el único que se interesa por su madre, hermano e hijos,
al contrario de Matías.
Ángela (ex-esposa
de Matías); de joven era indolente y sucia; con los años se fue refinando.
Lucía (ex-amante
de Matías). Ambas lo velan en el tanatorio.
Rubén, es el
personaje más auténtico de la obra. El arquitecto que se enriquece corrompiendo
políticos. Perteneció al PC, después militó en el socialismo, para terminar no
creyendo en la política. 73 años, hermano mayor de Matías, (le llevaba 8 años).
Arquitecto que está diseñando un proyecto en Benidorm; yate, amiguetes, buena
comida y mujer joven. Muy realista y nihilista, (p.274). La vida para él es
derroche, vivir el momento, pero en el fondo es un hombre que sufre el desamor
de su madre, de su hermano, de su hija, etc. Frases que lo definen como un
hombre pragmático: “Saber caer del lado bueno” “Uno es libre si toma lo mejor
de la vida” “lo único que merece la pena es lo que nos queda por pasar”; “no he
tenido una madre que me llevara de la mano”; Tª sobre los ricos, (p.59).
Es el que más dolor y culpa siente por Matías y por su mala relación
con él, aunque Rubén no es el culpable.
Mónica, 2ª mujer
de Rubén, de 29 años, sin cultura ni clase, frívola, (p. 37). Era una chica de
alterne, pero es alegre y Rubén la utiliza para olvidarse de que está
envejeciendo. Su verdadero nombre era Gregoria. Domina a Rubén con fuerza
delicada de saberse joven y aprovecha la vejez de él. Está embarazada y eso le
garantiza parte del mucho dinero de Rubén.
Silvia (45 años),
hija de Rubén, al que critica constantemente por no pensar como ella y por ser
corrupto, aunque toda su familia (Juan, Mirian (que esnifa coca y coquetea con
hombres mayores) y Félix, el hijo que se
va al campamento) viven del dinero de papá. Engaña a su marido con José Mª(32
años) con el que se droga y al que no quiere, pero que la entretiene; estaba enamorada de su tío Matías, al que besa
un día, pero este la rehúye; ella tarda mucho tiempo en perdonarle su desinterés
(p. 263).
Juan: marido de
Silvia y padre despreocupado de Miriam y Félix, profesor investigador, hace la
biografía del escritor Federico Brouard.
Federico Brouard,
73 años, escritor, amigo de los Bertomeu; existencialista; de joven tenía su
ética (no quería vender su terreno); ser irónico y malicioso, (p. 352 es
sublime). Homosexual, borracho, cocainómano, enfermo terminal; se siente un
escritor frustrado aunque era bien considerado por escritores de prestigio, con
los que se escribía. Juan –que está haciendo su biografía- lo considera buen
escritor, quizá muy perfeccionista. Le gustó Matías, vive con un joven, Javier,
que lo cuida y a quien aprecia, pero no está enamorado de él; lo echa de su
casa cuando enferma, porque está enamorado de otro muchacho que no le
corresponde –pero que ahora representaría un hijo para él. Javier vuelve a
cuidarlo, porque ama a Brouard.
Otros personajes que ayudan a entender el mundillo de
corrupción y de vidas degradadas, son:
Collado el que “se
casó por pesimismo”; mujeriego, medio drogadicto. Hace el trabajo sucio a Rubén
por necesidad, aunque preferiría no hacerlo. Rubén lo deja cuando no le
conviene.
Sarcós Un
corpachón asustado.
Guillén: el
continuo corrupto urbanístico.
Traian, el ruso
amante de Irina, de la que Yuri está
enamorado.
Resumiendo, los personajes de esta
novela son todos unos egoístas, rencorosos, vengativos, vacíos, superficiales,
instintivos, infieles, ingenuos, etc. y toda la fortuna que acaparan
algunos de ellos procede de una injusticia originaria, cuando no de un crimen.
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Esta gran novela es una crónica social que deprime, porque cuenta
más que una realidad novelada, la corrupción de una sociedad basada en el
dinero, el sexo, la impostura y la frivolidad.
COMENTARIOS
PERIODÍSTICOS SOBRE CREMATORIO
"Crematorio es una
novela excelente, la mejor de Chirbes y una de las mejores de la literatura
española en lo que va de siglo. Es, además, una novela necesaria en este tiempo
de levedad, frivolidades y desmemoria... Crematorio es de lectura
imprescindible. Y Chirbes encarna hoy al escritor que mejor ha novelado la
evolución de la sociedad española en las últimas décadas" (Ángel Basanta, “El Cultural” de El Mundo).
"La
decadencia de unos seres entregados a la impostura y a la codicia es una de las
circunstancias que mejor he visto
retratada en una novela española en los últimos años..." (J. Ernesto Ayala-Dip, El País).
"Un grito de fin de ciclo, de
clausura de una civilización y de una cultura entregadas del todo a las manos
del dinero... (José María Pozuelo Yvancos,
ABC).
“Una
monumental metáfora: la de un país enfermo que, modelado por tiburones y
depredadores, camina hacia su autodestrucción" (R. Garrido, La Opinión de A Coruña).
Si alguien aún no la leyó que lo haga con calma, saboreando y
reflexionando sobre cada frase y el sentimiento que conlleva.
Es una novela impresionante, de la que habría que copiar muchos párrafos
para releerlos y que nos sirvieran de lección para la vida personal de cada
uno.