Hay poetas que escriben poemas graciosos y hay otros, como Juan de la Cova, a los que le salen graciosos sin pretenderlo. Bueno, tampoco se le puede llamar poeta, pero lo intentó y como me hizo gracia, os lo pongo aquí:
Vente niña conmigo
a la Gudiña,
la hermosa aldea,
en donde la nieve abunda
y el pino
tea.
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