martes, 19 de febrero de 2019

Una canción que me encanta de GEORGE HARRISON es MY SWEET LORD Subtítulada



Tres poemas del pintor español PEDRO CASTRO COUTO: Amor prohibido/ A Unha Muller/ Tus ojos


PEDRO CASTRO COUTO 
(España, Ferrol, 1948)

Es un pintor residente en A Coruña, Galicia. 
Su principal vocación es la pintura de tema histórico y costumbrista ambientada en épocas antiguas y medievales, pero también realiza cuadros cubistas con  temática contemporánea.
En poesía destaca por su gran sensibilidad y aprehensión de la realidad. 
Poesía y pintura van de la mano en sus versos, pues la observación minuciosa de la realidad que plasma en sus lienzos, también se manifiesta en su poesía, como si estuviese dibujando un cuadro con palabras, como se observa, sobre todo, en el poema titulado A Unha Muller.
Ambos poemas están escritos en gallego, idioma de su tierra natal. 


AMOR PROHIBIDO

Que non sabes por que me amas?
Ben o sei.
Que non che ten senso?
Doume conta.
Que queres terme o teu carón
e non ten lóxica?
Tamén o entendo.
Que fáltache a miña ollada
provocándote ternuras esquencidas?
No meu peito, síntoo.
Que percisas das miñas risas?
Góstame rir contigo.
Que tes a razón colmada?
Eu tamén.

Velaí tes a explicación da túa pregunta.



A UNHA MULLER

Ay, se perdera eses teus ollos!
Non querería espertar.
Por veces miran sereos,
Outros coma a brava mar .

E, que falar do teu sorriso?
Risa tenra onde reflexa
imaxe esquecida de nena,
que cólase en min sen querer.

Quedo preso e sen cadeas.
Detido nas túas estrelas.
Reo unxido ca túa alma.
Preso pola túa ollada.





TUS OJOS

Claros resplandores de media noche,
son luces cegadoras del alma,
que con sus suaves brillos
conturban mi cuerpo de la nada, porque hablan, cantan, juegan,
lloran y, sobre todo, aman.




lunes, 18 de febrero de 2019

Un poema magistral de OCTAVIO PAZ: Elegía interrumpida

OCTAVIO PAZ (México, 1914-1998)

Poeta, ensayista, traductor y Premio Nóbel de Literatura en 1990. 
Sus poemas son profundos y originales, por lo que es difícil encasillarlo en un movimiento literario concreto. 
Utiliza imágenes de gran belleza. 
Sus temas son la preocupación social, existencial, la soledad y la incomunicación.

ELEGÍA INTERRUMPIDA (Fragmentos)

Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.

Al primer muerto nunca lo olvidamos,
aunque muera de rayo, tan aprisa
que no alcance la cama ni los óleos.

Oigo el bastón que duda en un peldaño,
el cuerpo que se afianza en un suspiro,
la puerta que se abre, el muerto que entra.

De una puerta a morir hay poco espacio
y apenas queda tiempo de sentarse,
alzar la cara, ver la hora
y enterarse: las ocho y cuarto.

Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.

La que murió noche tras noche
y era una larga despedida,
un tren que nunca parte, su agonía.
Codicia de la boca
al hilo de un suspiro suspendida,
ojos que no se cierran y hacen señas
y vagan de la lámpara a mis ojos,
fija mirada que se abraza a otra,
ajena, que se asfixia en el abrazo
y al fin se escapa y ve desde la orilla
cómo se hunde y pierde cuerpo el alma
y no encuentra unos ojos a que asirse...

¿Y me invitó a morir esa mirada?
Quizá morimos sólo porque nadie
quiere morirse con nosotros, nadie
quiere mirarnos a los ojos.

………

Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.

Rostros perdidos en mi frente, rostros
sin ojos, ojos fijos, vaciados,
¿busco en ellos acaso mi secreto,
el dios de sangre que mi sangre mueve,
el dios de yelo, el dios que me devora?

Su silencio es espejo de mi vida,
en mi vida su muerte se prolonga:
soy el error final de sus errores.



domingo, 17 de febrero de 2019

Gabriela Mistral: La mujer fuerte


GABRIELA MISTRAL 
(Chile, 1889-New York, 1957)

Lucía Godoy Alcayaga firmó con el pseudónimo de Gabriela Mistral en honor a dos de sus poetas preferidos, el italiano Gabriele D'Annunzio y el francés Frédéric Mistral. Ejerció de profesora, cónsul en varios países y poeta. Recibe el Premio Nobel en 1945 debido a su obra poética “inspirada en poderosas emociones, que ha convertido su nombre en un símbolo de las aspiraciones idealistas de todo el mundo latinoamericano”.



LA MUJER FUERTE 

Me acuerdo de tu rostro que se fijó en mis días,
mujer de saya azul y de tostada frente,
que en mi niñez y sobre mi tierra de ambrosía
vi abrir el surco negro en un abril ardiente.

Alzaba en la taberna, honda la copa impura
el que te apegó un hijo al pecho de azucena,
y bajo ese recuerdo, que te era quemadura,
caía la simiente de tu mano, serena.

Segar te vi en enero los trigos de tu hijo,
y sin comprender tuve en ti los ojos fijos,
agrandados al par de maravilla y llanto.

Y el lodo de tus pies todavía besara,
porque entre cien mundanas no he encontrado tu cara
¡y aun te sigo en los surcos la sombra con mi canto!