Un preciosos poema de Miguel Hernández en donde los sonidos de la p, m, b, aumentan la sensación de tristeza y dolor que el autor quiere transmitir. Umbrío por la pena, casi bruno, porque la pena tizna cuando estalla, donde yo no me hallo no se halla hombre más apenado que ninguno. Pena con pena y pena desayuno, pena es mi paz y pena mi batalla, perro que ni me deja ni se calla, siempre a su dueño fiel, pero importuno. Cardos y penas llevo por corona, cardos y penas siembran sus leopardos y no me dejan bueno hueso alguno. No podrá con la pena mi persona rodeada de penas y cardos: ¡cuánto penar para morirse uno!
|
Comentarios y textos sobre poesía, novela, teatro, ensayo, pinturas, esculturas, recetas de cocina, etc. de todas las épocas.
lunes, 27 de agosto de 2012
Umbrío por la pena, casi bruno
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario