jueves, 18 de abril de 2013

Comentario sobre Los girasoles ciegos

COMENTARIO SOBRE LOS GIRASOLES CIEGOS (2004), de Alberto Méndez (1941-2004).
Edit. Anagrama. 13 edición. 2006


Girasol : Hermoso campo girasol en verano soleado

 

BREVE BIOGRAFÍA DEL AUTOR

Nuestro escritor nació en Madrid en 1941, en donde transcurrió su infancia. Realizó el bachillerato en Roma adonde se había trasladado su padre, poeta y traductor, no sólo por motivos políticos sino también económicos. Volvió a Madrid en donde se licenció en Filosofía y Letras. Estuvo afiliado al Partido Comunista hasta 1982. Fue un premiado traductor. Creó la editorial Ciencia Nueva y colaboró con la editorial Montena; además fue guionista de televisión.

En 2002 resultó finalista en el Premio Internacional de Cuentos Max Aub por el cuento Manuscrito encontrado en el olvido (2º cuento incluidó más tarde en Los girasoles ciegos).

En el año  2004 publica Los girasoles ciegos, su primer y único libro (tenía 63años). Con el ganó el Premio Setenil 2004, al mejor libro de cuentos. Pocos meses después murió sin conocer el éxito, que llegaría con el Premio de la Crítica en el 2005 y el Nacional de Narrativa.

El último relato del libro -el que le da nombre- fue llevado al cine en 2008 por José Luis Cuerda con guión de Rafael Azcona y del propio Cuerda.

El título del libro hace alusión a los protagonistas (y demás personajes)de los 4 cuentos que lo componen, ya que son seres desorientados, perdidos, como los girasoles ciegos que no saben orientarse porque no pueden ver el sol -metáfora de la vida, la alegría, la libertad en la naturaleza, etc.

Sobre el género cuento debemos señalar que Borges y Cortázar son sus cuentistas preferidos y decir que el cuento se caracteriza por su capacidad sintética y desarrollo vertiginoso, porque sólo utiliza los elementos esenciales de la narración: planteamiento sucinto, enredo esquemático, personajes paradigmáticos y desenlace sorpresivo.

El libro se compone de cuatro relatos aparentemente independientes, pero que se engarzan y se complementan, aunque solo al final encontraremos la relación que guardan entre sí.
 
La acción se sitúa en plena Guerra Civil en sus distintos momentos entre 1936 y y la posquerra más dura, hasta 1942.

LOS PERSONAJES

1.- Un capitán franquista que renuncia a ganar la guerra. El Capitán Alegría, que no es precisamente alegre.

2.- Un joven poeta que huye con su compañera Elena a la montaña.

3.- Un preso que busca la forma de retrasar su fusilamiento engarzando historias falsas.

4.- Un diácono que se debate entre su vocación sacerdotal y la lascivia, y su activismo e ideales fascistas. Salvador (el cura) no quiere salvar a nadie, más bien lo contrario.

Estas historias son tremendamente intimistas y reflexivas. El propio autor ha manifestado que son fruto de la ficción literaria, pero parten de hechos y protagonistas reales, conocidos por él mismo a los que les ocurrió algo parecido. Son historias de tiempo de silencio, en el que no se podía decir lo que se sabía ni lo que se pensaba.

 En los cuentos aparecen intercalados versos o alusiones de San Juan de la Cruz, Quevedo, Garcilaso de la Vega, Góngora, Miguel Hernández o Federico García Lorca.

Todos tienen en común un tema, la motivación para la supervivencia personal después de las vivencias horrendas de una guerra civil,la muerte en todos los casos, justifica el título de “derrota”, ninguno logra encontrar los medios o los resortes necesarios para seguir viviendo, porque todos llegan a su límite ético para sucumbir
 
1.        Primera derrota: 1939 o Si el corazón pensara dejaría de latir
(p.13)El comienzo es igual a Crónica de una muerte… ya que se nos anuncia que "el capitán Alegría eligió su propia muerte". Ya sabemos pues, que va a morir y a continuación nos cuenta cómo y cuando.

En esta primera historia se cuenta cómo un oficial del ejército nacional, Alegría, licenciado en derecho, harto de crueldad y violencia, se autoelimina por el curioso método de rendirse al bando rojo en la madrugada anterior a la rendición final de las tropas republicanas. El bando franquista, que ocupa inmediatamente Madrid, le fusila, pero el oficial sólo queda herido y deambula unos días sin gafas (sin ver bien, medio ciego, como un girasol ciego) sin saber por dónde anda hasta que es detenido de nuevo y entonces le quita el arma a un guardián y se suicida. Sus vivencias lo llevan a no aceptar ser vencedor tras sus experiencias en la guerra (p. 14 y 36)

En este cuento aparecen juegos de palabras que nos hablan del arma torturada de este personaje: “ser su propio enemigo” “soy un rendido” “estaba todo él menos sus gafas además y anochecía" ”gana y pierde una batalla al mismo tiempo (p.34), etc.

Contado en primera persona del plural, un plural tras el que se embosca alguien a quien nunca identificaremos, el relato es posible gracias a las pesquisas que alguien emprende, gracias a su acopio documental y gracias a la imaginación del narrador: entrevistas con quienes conocieron al capitán y sobrevivieron al paso de los años, consultas de las cartas dirigidas a la novia y a algún otro corresponsal, lectura del acta del juicio sumarísimo que le condenó y, en fin, las conjeturas fundadas, probablemente acertadas, con las que ese narrador rellena los espacios vacíos, aquello que nunca podremos saber con entera seguridad.

 2. Segunda derrota: 1940 o Manuscrito encontrado en el olvido

 Cuento finalista en el Premio Internacional de Cuentos Max Aub en 2002.

Estamos ante el tópico del manuscrito encontrado (p.39). Mediante el manuscrito (recurso literario ya utilizado en obras tan célebres como El Quijote, la técnica nos permite adentrarnos en los entresijos de la psicología y los sentimimientos íntimos del protagonista que es, a la vez, el narrador. En este caso, el amor podría haber sido el móvil de la supervivencia: al morir la amada joven, en el parto de su propio hijo, la vida deja de tener sentido. Encuentra un segundo móvil en la criatura recién nacida, que supone una justificación para su propia supervivencia, a ella se aferra el protagonista de forma casi autómata.

 Aparecen en este cuento alusiones a Miguel Hernández, también poeta y padre de un niño hambriento y una sugerencia del principio de un verso de éste: “tanto dolor…”; alude también a Lorca en el dibujo que hace en el diario en donde aparece una luna llorando(p.45). El verso de Góngora que escribe con un carbón en la pared “Infame turba de nocturnas aves" indica la desolación impuesta por los vencedores y por ensombrecer el país e impide todo atisbo de esperanza.

El tema de la pérdida del lápiz, de que se va gastando el lápiz, es un gran problema para el protagonista, pues el hecho de poder escribir significa mantener algún tipo de comunicación (p.35), aunque sea consigo mismo y con el que pueda encontrar más tarde este diario. 
Cuando muere su hijo es el diario el que lo acompaña en su duelo y desesperación; la repetición del nombre Rafael casi 500 veces nos marca ya el final del cuento: El poeta ya no puede más; llegó a su límite. El amor por el hijo lo sustentaba; ahora ya no tiene ningún motivo para vivir.

 3. Tercera derrota: 1941 o El idioma de los muertos. 

En la tercera derrota, el miliciano arrestrado, del cuerpo sanitario en prisiones Juan Senra, profesor de chelo, podría haber sobrevivido manteniendo su historia inventada. Estamos ante el cuento de Sherezade que logra sobrevivir a la cruel sentencia de muerte instigando la curiosidad del verdugo. Pero para mantenerse vivo hay que querer seguir vivo, y para lograrlo necesita sublimar como héroe a quien no fue sino un vulgar ladrón, un delincuente común. Muchas veces en la vida, podemos lograr mantenernos en nuestro puesto de trabajo, o mantener relaciones de amistad cultivando la mentira para sobrevivir, la pregunta clave estará en dónde pondríamos el límite entre el instinto, la necesidad de supervivencia y la dignidad y la conciencia personal. El protagonista no quiere su vida a costa de la exaltación de una mentira que abomina. 
El interrogatorio a que es sometido no es un diálogo entre iguales, sino la esclavitud de un condenado a un superior jerárquico que, paradójicamente, acaba dependiendo de la información del preso para saber cosas sobre su hijo muerto.
Sabemos que Juan fue sanitario en la contienda y da a conocer casualmente a un coronel que formó parte del tribunal que conoció a su hijo y estuvo encargado de su cura, antes de que fuera fusilado. La revelación le vale ser apartado de los que van a ser ejecutados de inmediato. El coronel trae a su mujer para que el miliciano le hable del hijo. Este, en lugar de decir la verdad (que su hijo era un ladrón y asesino ejecutado como delincuente común (p. 73), le dice que fue un héroe quintacolumnista y adorna cada uno de los detalles que recuerda de él. La mujer le trae ropa y comida cada vez que viene a hablar con él y así consigue eludir el pelotón. Pero cuando fusilan a su amigo Eugenio -el niño de las liendres- llega a su límite y en la siguiente entrevista con la madre, revela la verdad sobre el hijo (p.100). Enseguida es fusilado. Las cartas que escribía a su hermano nunca fueron enviadas.

En esta historia, el oficial franquista (Carlos Alegría p.87) del primer relato actúa como personaje secundario y se nos vuelven a narrar las circunstancias de su muerte, que no son exactamente iguales a las contadas en el primer capítulo.
 
4. Cuarta derrota: 1942 o Los girasoles ciegos

  En este último relato encontramos tres narradores diferentes marcados por distintos tipos de letra: el relato autobiográfico del niño Lorenzo, el del narrador y una confesión en la carta del diácono. Se cuenta la historia de un vencido, un republicano que en los momentos posteriores a la guerra se refugia en un armario de su  casa. Un diácono del colegio del niño se encapricha de su  madre y visita la casa con la excusa de preocuparse por la educación del chaval y desear enviarle a un seminario. Finalmente, intenta violar a la mujer y el marido sale del armario para evitarlo. El diácono sale de la casa, llama a la policía y el escondido se suicida tirándose por la ventana delante de su mujer e hijo. Las ventanas cerradas para no ser  descubierto el padre sirven para liberarlo de una situación que le sobrepasa.
La mención a la hija –Elena, nombre también de su madre- se refiere a la chica que muere de parto en el segundo cuento.

EL cuento es una historia de silencios (la Singer, la máquina de escribir, el ascensor) y mentiras (p-145) en donde todos pierden.

La supervivencia basada en la necesidad de vivir ocultos tiene sus límites. En el relato que nos ocupa, el límite aparece cuando la mujer está a punto de ser violada. El protagonista no puede aceptar ese precio y prefiere su propia destrucción.

 Las preguntas que se nos plantean ante estos cuentos son:
¿Dónde ponemos nosotros el límite? A veces, sobrevivir consiste en admitir lo inadmisible.
Podríamos destacar el horror de la guerra en sí,  observar cómo el poder contamina y transforma al ser humano; cómo el miedo y la inseguridad pueden llevarnos a situaciones extremas en las que realicemos actos totalmente contrarios a nuestros criterios habituales, etc.

La novela es una evocación de la Guerra Civil, pero no de sus lances bélicos, sino de sus efectos humanos. Esta narración es examen hondo y doloroso sobre lo que significa perder, de lo que significa la derrota. Ahora bien, si consigue conmovernos, no es sólo por la índole de esa capitulación. Si logra emocionarnos es por la altísima calidad literaria de la que el autor es capaz: el retrato de lo que no hemos visto, el fresco de una realidad que no hemos vivido.

 
 



 

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