jueves, 14 de abril de 2016

Romero sólo, de León Felipe: un poema maravilloso y una filosofía de la vida




León Felipe (1884-1968)



ROMERO SÓLO...



Ser en la vida romero,



romero sólo que cruza siempre por caminos nuevos.




Ser en la vida romero,


sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo.





Ser en la vida romero, romero..., sólo romero.


Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,



pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,


ligero, siempre ligero.





Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo,




ni el tablado de la farsa, ni la losa de los templos


para que nunca recemos



como el sacristán los rezos,




ni como el cómico viejo


digamos los versos.

La mano ociosa es quien tiene más fino el tacto en los dedos,

decía el príncipe Hamlet, viendo

cómo cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo



un sepulturero.




No sabiendo los oficios los haremos con respeto.




Para enterrar a los muertos




como debemos




cualquiera sirve, cualquiera... menos un sepulturero.




Un día todos sabemos




hacer justicia. Tan bien como el rey hebreo




la hizo Sancho el escudero




y el villano Pedro Crespo.



Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo.




Pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,




ligero, siempre ligero.






Sensibles a todo viento




y bajo todos los cielos


,

poetas, nunca cantemos




la vida de un mismo pueblo




ni la flor de un solo huerto.




Que sean todos los pueblos




y todos los huertos nuestros.




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